BREVE HISTORIA DEL PRO
I
Todos sabemos que la
Oligarquía nunca formó un partido político propio. Siempre se
consideró por sobre las estructuras ejecutando políticas por medio de otros.
Los objetivos de la Dictadura
Militar no fueron asesinar y hacer desaparecer gente, sino
instalar el Liberalismo Económico sin reparar en los medios.
La Dictadura tampoco pensó en formar un Partido Militar Liberal sino que se
nutrió de dirigentes políticos formados en esa ideología y solo uno de sus
integrantes supuso que si surgía un Partido Liberal debía ser peronista
(Massera).
La continuidad del liberalismo recayó en la UCEDÉ que a contramano de
sus sectores más oligárquicos, resolvió competir electoralmente a la manera de la UCR y el PJ, pero se encontró
con que el peronismo no era ese cuco hostil al liberalismo sino su principal
impulsor a partir de la potencia electoral de Menem. Y también se encontró con
una poderosa derecha liberal en el Delarruismo radical.
El discurso pro-mercado liberal se fue acomodando a los cambios y
lo primero que adoptó como ariete político fue la acusación de corrupción y
amoralidad públicas (Los medios hegemónicos y el mismo Lanata desde Página 12
se hacían eco de este desencanto sin llegar a molestar en los caminos profundos
por los que transitó el desmantelamiento del Estado). Así conformaron una
estructura ideológica versátil que se acomodó, primero al lado del menemismo
mientras mantuviera a Cavallo como Ministro y luego al lado de la Alianza UCR-FREPASO,
mientras reinstalara a Cavallo como Ministro (O en su defecto a López Murphy).
Con Menem neutralizaron a los sindicalistas mas poderosos,
simplemente amenazándolos con lo que mas les duele, los recursos de las Obras
Sociales; en 1995 Rodriguez Larreta fue Director de ANSES (Luego pasó a Desarrollo
Social y se lo llevó Ruckauf a la
Provincia de Bs.As. como Director del Instituto de Previsión Social
del cual pasó a instalar la Fundación
Emprender y a Dirigir la DGI en 2001).
A los inversores extranjeros le dieron las jubilaciones y a la
educación la provincializaron. Lo que no es negocio se liquida, lo que se puede
ahorrar se ahorra, la Nación
fué una empresa. Sin hipótesis de conflicto vendieron todo, desmantelaron el
Estado y alimentaron a una nueva generación de especuladores liberales que se
instalaron en todos los partidos políticos para hacer negocios.
Desde antes de la crisis 2001-2002, el Liberalismo se ocupó de
formar cuadros liberales y neo-liberales con distintas Escuelas, Fundaciones,
Organizaciones No Gubernamentales, y estructuras empresariales con alguna
capacidad organizativa funcional a la vía democrática y al armado de listas
propias o alquiladas; y vendió “Planes” a medida y por abono a cuanto Liberal
demostrara capacidades para llegar al poder.
Fundación Mediterránea, Acción por la República, Creer y
Crecer, Unidos por la
Justicia, Unidos del Sud, la ONG jurídica Fores que defendía a los jueces del
Proceso, Fundación Emprender, la
CIPPEC planificando Políticas Públicas con financistas del
nivel de Francisco de Narváez, la
UI, la Rural,
los Monopolios de Medios y la Banca
Extranjera culminaron en un proyecto formador de cuadros
llamado Grupo Sophia presidido por Horacio Rodríguez Larreta luego de su
intervención en el PAMI y la creación en 2002 de Compromiso para el Cambio
junto a Mauricio Macri.
Por el Grupo Sophia y su espacio Acuerdo Federal empezaron a
circular todos los dirigentes políticos debilitados públicamente por el “que se
vayan todos”. Ese era el método clásico de acción política de la oligarquía sin
partido.
Aplicados a cazar “disponibles” y cambiarles el discurso,
esperaban a un líder que los sostuviera desde ese nuevo modo de mantener el
liberalismo en el poder.
De Narváez quiso cobrar sus dividendos pero le fue mal; se produjo
una avalancha de candidatos, pero el líder del proyecto debía aparecer desde
los territorios y hacer una previa exitosa en votos. Ya en ese momento Scioli y
Macri estaban en la primera fila de aspirantes.
Ese líder deseado o estaba en Boca o conseguía manejar la Provincia con los jefes
territoriales del peronismo. Mientras tanto la derecha liberal peronista
ocupaba el gobierno, cuidando el sillón de Rivadavia, haciendo de campana,
movilizando y desmovilizando, agitando y reprimiendo a los agitados y evitando
que se cayeran los grandes capitales.
En ese proceso de salida de la crisis nació el neoliberalismo como
fuerza política organizada. “No estaban muertos, estaban de parranda” y fue el
final de la Cultura Política
argentina tradicional.
La contrapartida del desencanto político tenía pocas chances y un exclusivo
estandarte de lucha altamente abarcativo
en “La defensa de los Derechos Humanos” y las exigencias de Memoria y Justicia.
Mientras lo Económico se desperdigaba en anarquías militantes minoritarias y
experiencias cooperativas desesperadas, dominadas por la antipolítica, el
liberalismo se organizó para defender lo suyo, manteniendo alianzas muy fuertes
con la derecha peronista.
El PRO no es un engendro caprichoso sino el fruto de un trabajo
político profundo del liberalismo económico para dotar a la oligarquía de una
herramienta moderna, un Partido Liberal, con votos propios.
Se imponía recuperar la Cultura Política y ese fue el
paso fundamental del kirchnerismo. De ese paso de Néstor Kirchner hacia un
modelo integrador, reparador y opuesto al desguace del Estado, nace el
enfrentamiento frontal del liberalismo con el modelo kirchnerista y una
división sinuosa en el aparato del
peronismo liberal.
II (continuará)