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lunes, 25 de agosto de 2014



PELOTUDO TEXTUAL

¿Qué significa una mala palabra? ¿Que está mal hecha; se rompe, se gasta y no sirve? ¿ Que es mala y le pega a  otras palabras? 

¿O que es tan malvada y cobarde que maltrata solamente a las palabras más chiquitas? ¿Un pelotudo sería entonces solamente un zonzo víctima de bulling?

“Escuchá bien - vos que vas a vender cosas a los pelotudos…..”.

Esta frase de Eduardo Gudiño Kieffer está escrita en Guía de Pecadores (1972). Hay muchas otras en las que el pelotudo está presente, desde En el País de la Selva de Ricardo Rojas, hasta en Talesnik, en Santillana y en algunos títulos pelotudos de blogs.

No sirve como sinónimo de zonzo, tonto o estúpido: para mi, pelotudo no tiene sinonimia.

Hizo falta un filósofo para definir con exactitud la palabra “pelotudo”.

Fontanarrosa divulgó su importancia en una tesis que expuso en el Congreso Internacional de la Lengua Española del año 2004.

El análisis de éste filósofo, negro y rosarino es fundamental: se basa en la textura de la palabra pelotudo, como en cheff que aprovecha la textura de sus ingredientes. 

Habló de la sonoridad y contundencia de la letra T.  Pelotudo tiene corpus, estructura, vigor y rigor; porque su sentido adquiere solidez cuando se apoya en la letra T de tudo, que es contundente- un abrir de boca abrupto que resuena en la caverna bucal como una sentencia unívoca.
Este análisis se corrobora científicamente en la experimentación y entonces el filósofo utiliza analogías como la palabra MieRda en la cual la potencia reside en la R. 
Llega incluso a lo mas profundo de la filosofía moderna y su objeto de ser, su demostración contemporánea. Fontanarrosa sostiene que muchos problemas de la Revolución Cubana residen en el mal uso de la letra R de la palabra mieRda, que los cubanos pronuncian tan  laxamente que  los hace parecer chinos.
Es correcto afirmar que el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española aceptó PELOTUDO a partir de los análisis del genial negro rosarino.


El gran actor Darío Grandinetti residió décadas en España, no por propia voluntad, pero igual las aprovechó para hacer buen teatro. Son de uso habitual en él (Lo vimos en Baraka entre otras) las formas literalmente actuadas de palabras y de palabrotas. 
Estudió teatro a fondo y ensayó cuatrocientas versiones diferentes de la palabra PELOTUDO, una más maravillosa que la otra.

En la historia del teatro argentino el "pelotudo" interpretado en la voz de Grandinetti vá a ser un trabajo práctico de aprobación obligatoria en el Conservatorio Nacional de Teatro (¿Existe algo parecido?)

También Grandinetti basa su teoría actoral en Fontanarrosa que un día declaró:
“Así como Federico Fellini filmaba carotas para acentuar el énfasis escénico de un rostro, hay que usar palabrotas para hablar, porque la escasez de lenguaje es sinónimo de ignorancia”.

JP

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