El lado miserable de la
Luna
En mi pueblo nos hemos organizado para vivir tranquilos durante
los partidos del próximo Campeonato Mundial de Fútbol, porque ya nos veíamos
venir la bocha. El fanatismo espanta lo que une el amor por la redonda. Así
hicimos las cuentas y repartimos el territorio con colores, como se organizan las
batallas deportivas en los cantris; para eso nos ayudó la maestra de matemáticas
del Polimodal. Con cuatro colores básicos conseguimos armar 43 banderas,
algunas un poquito rebuscadas, pero se distinguen bien. Sumamos y restamos, después
dividimos a los vecinos en distintos sitios o bloques; con el mapa que dibujó el cura separamos las zonas por los pasillos más transitados y le pusimos un nombre a
cada lugar. Ahora nuestra identidad tiene fronteras, nombre y bandera.
La fiesta en paz y en democracia.
A cada fracción le antepusimos un sustantivo genérico con mayúscula
pensando en un segundo nombre que al final no hizo falta. Resolvimos con la
ayuda de la maestra de lengua del EGB que no utilizaríamos artículos de género,
ni adjetivos, ni derivativos, ni morfemas, tampoco determinantes posesivos o
numerales, ni nombres de santos o políticos (El cura y los punteros dejaron asentadas sus discrepancias); tampoco utilizamos sintagmas adverbiales - para evitar toda posible
contumelia - advirtió la docente (que se dio el gusto de decir contumelia) -
solo definiciones de uso común en nuestro continente.
Como lo más importante es la civilización de reunir los lugares
con su gente, pasamos lista y descubrimos entre otras cuestiones la algarabía de la diversidad, el orgullo patriótico, que los Reyes
Magos son los padres, que el lado oculto de la Luna es miserable y que Marx no existe.
No sin un gran sacrificio y entrega al bien común, logramos repartir equitativamente el espacio público, las antenas y los decodificadores de Direct TV prepago, la luz, el agua, las chapas sueltas y por supuesto, las garrafas de gas y la leña, dado que vamos a
tener días muy fríos en junio.
En éste Estado comunal dejamos librado el ejercicio del comercio gastronómico en manos de los particulares interesados porque entendemos que las formas de acumulación capitalistas deben seguir existiendo y ellos, generosamente aceptaron pagar el canon respectivo abonando la televización anticipadamente, dijeron.
En éste Estado comunal dejamos librado el ejercicio del comercio gastronómico en manos de los particulares interesados porque entendemos que las formas de acumulación capitalistas deben seguir existiendo y ellos, generosamente aceptaron pagar el canon respectivo abonando la televización anticipadamente, dijeron.
El mapa mundialista finalmente aprobado incluye:
Colonia, Cantegril, Chabola, Reparto, Población, Parroquia, Callampa, Distrito, Urbana, Vecindad,
Favela, Ciudadela, Complejo, Comuna, Judería, Cuartel, Arrabal, Bohío, Pirata,
Loteo, Periférico, Invasión, Gheto, Urbe, Vereda, Almedina, Pueblito,
Chupadero, Alto, Bajo, Burgo, Residencia, Zona, Localidad, Villa, Manzana,
Aldea, Rioba, Consorcio, Zahería, Kilómetro y Corregimiento, cada uno con su
respectiva bandera de colores brillantes.
Como nadie aceptó recluirse en un barrio al derecho y con mayúscula
por esa reminiscencia peligrosa, quedó vacante solamente Barrio y la bandera negra
que le habíamos asignado.
Algunos demasiado sectarios propusieron cambiar un par de estos
nombres sin éxito. Quedaron afuera entonces: Emergencia, Miseria, Ranchillos, Chacaritas, Jóvenes,
Tugurio, Precario, Bidonvilles y Musseques (Porque la fracofonía se utilizaría
para gritar los goles contrarios), Slums (Porque se lo dejamos a los angloparlantes
para que griten algún gol ), Bairro (Sugerido por un fanático de Eusebio
y Cristiano Ronaldo), Chabola (Propuesto por el vasco de la lechería), Baaraquisme, palabra que viene de Cataluña pero no la conoce ni Messi, Gacekondus (Propuesto por el único
vecino turco); asimismo se descartaron
por impronunciables Jhughi, Buustee, Kachiabadi, Muddukku, Imijondoolo, Lûnsnynaii, Naseljek y Karstonsko (esta última
la largó al pasar un cartonero rubio pero en seguida se arrepintió y votó por Cantegril).
Ahora sí, nuestras casas están en orden esperando el pijazo
inaugural.
(Perdón: pitazo).
JP
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