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domingo, 13 de julio de 2014

NOSOTROS LOS ARGENTINOS...

...  también somos capaces de asesinar a Mascherano.

Algunos están contentos con el paisaje visible pero  otros viven aterrados por ese que no se ve, el paisaje atroz de nuestra historia, las artimañas del discurso escondido, la calle siempre roñosa de nuestros festejos, en las que cualquiera de NOSOTROS es capaz de cualquier cosa.

Nunca somos “NOSOTROS”, somos “los UNOS y los OTROS” como siempre; seres desiguales, imperfectos, privilegiados y relegados que nos subimos al primer bondi que pasa para estar menos solos en la llanura inhóspita e individual de nuestras humanidades.  Nunca fuimos  “NOSOTROS”, somos “ESOS” que pugnan para sobrevivir sin perder la gracia, limpia o sucia, una gracia parcial, la esencia de nuestra identidad hecha pelota.

Ya fuimos iguales y peores, UNOS Y OTROS, después del 78, del 86,  del 90 y del 2000, pero nunca NOSOTROS. Antes también, y mucho antes. Somos siempre los mismos de siempre, conocidos de toda la vida. No nos unen ni el amor ni el espanto, no nos une nada. Somos  amorosos y amorales,  metafísicos y espantados,  puros e impuros  subidos por un día  al mismo tren que nos conduce al horno;  una “lumpenada” golondrina sin otra camiseta que la piel variopinta y escaldada por soles imaginarios corriendo en pos de diferentes destinos; cada uno a su manera para salvarse,  no para salvarnos.

En el fondo, un callejón con sombras que van y vienen, avisos  de otros mundos, la pantalla gigante que contiene una fuga de fantasmas, abismos y silencios, voces y muros, sonidos e imágenes cautivas que repiten mil veces inverosímiles NOSOTROS a quienes esperamos el partido hundidos en la caverna con una banderita.

Si Mascherano llegara a ser Presidente alguien va a terminar asesinándolo; ya hemos matado a tantos que ni la culpa nos puede vencer, porque no somos nunca NOSOTROS y no hay sentido alguno, brumoso o límpido que disuelva los contornos y nos convierta en una UNIDAD viviente, ni siquiera después de un  partido. Eso ni los poetas lo consiguen.

El próximo lunes seguiremos siendo, cada uno  cada cual - estos, esos y  aquellos - escapándonos de este presente cruel e imperfecto del “NOSOTROS los argentinos”; porque un equipo de fútbol no representa nada de “NOSOTROS” mas que las ganas de jugar y de ser niños, niños para siempre, niños diferentes, únicos, ganadores, fantásticos y geniales; ni siquiera  un sencillo “NOSOTROS, LOS NIÑOS”.

JP



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