Spur Cola
Para la gran mayoría de los argentinos el mundo
comenzó ayer. No sé bien a qué hora, si
a la mañana en la carnicería o al mediodía con el programa de Jorge Rial.
Se me hace que éste presentismo es contagioso, una
virósica invacunable. Mirtha dice que la calle está llena de armas y eso la
aterroriza. Y los pobres; los pobres no se merecen vivir así, por Dios. Mirtha
nació ayer, está contagiada, pero eso me preocupa menos que el futuro candidato
Massa que es bruto pero le gusta a la gente, porque asegura que vá a llenar el
pais de cámaras que graban delitos y hacen famosos -perdón- culpables a los
chorros. Anibal dice que Massa es un burro de temer y a mi se me llena el estómago
con un rejúrgito agrio de temor tanto
al burro como al inteligente. De eso se trata; el mundo comenzó ayer en un rollo rebelde de Lilita algo transpirado, con pelusa, amenazando con tirarse abajo de un pobre auto que hace dudar del principio de acción y reacción. Pero el
mundo también nació ayer de la mano de Francisco; él nos avisa, nos advierte como Serrat -ojo, hay pobres por
todos lados y se nos están juntando en
el recibidor.
Qué me van a hablar de culpas y clases y explotación
y redistribución a mí, que se me hace agüita la boca cuando en Avenida Brasil
todos los santos días Jorgito transita el drama de la gloria sexual entre la alta
sociedad de Rio como un pez en el agua; y la lánguida Nina, que es la única en la
novela que tiene laburo, hace una momia con Andrea del Boca y la arroja por el
balcón a la veira mar de Ipanema. Todo comenzó ayer; ayer no más, cuando
alguien mandó fruta y el otro contestó – estamos en eso. El papá de Jorgito (No
confundir con el Papa Jorge), el papá putativo, Tifón, que se casó con Carminha
por culpa, ese pae postizo, ex jugador de fútbol que mató a Genésio en un accidente,
reemplaza al muerto como amante y como padre de Jorgito e ignora la promiscuidad familiar, el enorme puterío,
la inmoralidad colectiva en un Brasil inédito, sin un solo protagonista afrodescendiente (Sin un solo negro quiero decir). Tifón es ciego, el
mundo no nació aún. Pero es una ficción brasilera, y ellos eran
pentacampeones cuando nosotros no habíamos nacido.
Y ahora ¿Qué vamos a hacer
con los pobres? – estamos en eso. La familia de Jorgito o los mata o los sodomiza,
Mirtha no se acuerda que había que hacer con los pobres y ya no tiene a Tynaire
para preguntarle, Anibal se rasca el mostacho cano pensando en qué esquina de
Quilmes estacionó el caballo y Massa los filma a todos como un voyeur. Hacen un
cuadro con bailarinas acomodándose las
bombachas y mandan la tanda.
La tanda es el primer documento de ésta historia.
Todo empezó ayer y hoy volverá a nacer todo nuevamente de las cenizas de anoche,
como aves míticas pasadas de rosca que incuban en diez horas y rompen el cascarón
a la mañana siguiente en la cola del Pago Fácil.
Hoy ví en el diario una foto del sacerdote Carlos
Mugica que parece tomada antes de ayer, una antigüedad, de tan antiguo no
parece haber ocurrido un asesinato y menos un crimen por encargo oficial, nada de lesa humanidad, con
un Perón no se jode, desde hace tanto tiempo.
En ese entonces la gente era morocha -se vé en la foto- de
rasgos aindiados, cabello largo con peluquería, camperitas de nylon o loneta de
Alpargatas, camisas blancas o marrones de Grafa, pulovercitos con escote en V y un obrero de obra con un gorro de papel de diario.
Atrás las
chapas, las chapas cuando eran de chapa, de zinc o galvanizadas, las
chapas-chapas y la ventanita de hierro con los vidrios amartillados y rebatibles,
las paredes en carne viva, la villa de Retiro en 1974 , hace siglos; más atrás está
el cartelito amarillo que en la foto sale gris, anunciando el frescor
antiimperialista de Spur Cola; pero
Tifón bebe champán francés y Jorgito, Evián con hielo.
Hace muchos siglos, en 1880, un sociólogo de los
primeros, escribió que la fiebre amarilla que bajó por el rio desde la guerra
del Paraguay, obligó a las familias acomodadas del barrio Sur a mudarse al
barrio Norte, todo gracias a Alvear y a la peste llegada por el agua desde las tierras guaraníes. El Sur se convirtió en
Barracas, La Boca ,
San Telmo, Avellaneda, Lanús, Montserrat y quedó como residencia de saladeros,
fábricas y dormitorios de obreros que explotaron demográficamente en la década
del 20 al 30 creando los conventillos o inquilinatos y las primeras villas miseria de Buenos Aires.
Después no pasó nada y todos fuimos felices hasta
ayer en que empezó a conocerse este mundo nuevo, lleno de gente anónima ( Luego
de la Primer Guerra
Mundial Buenos Aires comenzó a llenarse de gente anónima- decía Sebreli en 1963) impersonal; la ciudad se llenó
de caras extrañas, no se conocía al vecino, la vida se escindió en tres partes,
una más escabrosa que la otra – la pública, la privada y la secreta; la calle
pasó a ser tierra de nadie, una encrucijada donde todo podía ocurrir a la
vuelta de una esquina; el anonimato estaba asegurado por la aglomeración y el ocultamiento,
como en una jungla con recovecos, escondites para una vida peligrosa llena de
conflictos agudizados, de antagonismos, con infinitas oportunidades para el
drama; y el cartelito de Spur Cola como un testigo de chapa, silencioso, amarillo
invisible al lado del otro amarillo y furioso del Pro que no me deja mentir.
Hoy todo
va a cambiar; a lo sumo mañana, lunes,
cuando en la cola para pagar el ABL Jorgito descubra que está enamorado de su
hermana y Andrea Celeste ahogada en celos se lleve puesto con el auto al
piquete de la Richieri.
JP
Anexo absolutamente prescindible
Spur Cola
En los años 60 algunas
provincias argentinas prohibieron la venta de Coca-Cola. La canadiense Canadá Dry
entró así con su bebida Spur Cola a competir con la
Bidú Cola de Quilmes en gran parte del
interior del país.
En los 90 Canada Dry fue adquirida por la británica Cadbury.
En los años de la invasión norteamericana a Irak, como Canadá no quiso
participar, el mercadeo norteamericano boicoteó el consumo de bebidas de Canada
Dry en EEUU por pura ignorancia, desconociendo que en realidad boicoteaban a
una empresa británica.
En algunos segmentos
intelectualizados de los años 60 en el interior se llegó a promover Spur Cola
que era más barata, apuntalando una modesta pretensión de antiimperialismo activo.
Se instó a los Ministerios de Salud provinciales a que se prohíbiera la
Coca Cola por insalubre. El Chaco y Formosa encabezaron el repudio.
jp
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