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domingo, 11 de mayo de 2014

Diario de un pelotudo

Spur Cola

Para la gran mayoría de los argentinos el mundo comenzó ayer. No sé bien  a qué hora, si a la mañana en la carnicería o al mediodía con el programa de Jorge Rial.
Se me hace que éste presentismo es contagioso, una virósica invacunable. Mirtha dice que la calle está llena de armas y eso la aterroriza. Y los pobres; los pobres no se merecen vivir así, por Dios. Mirtha nació ayer, está contagiada, pero eso me preocupa menos que el futuro candidato Massa que es bruto pero le gusta a la gente, porque asegura que vá a llenar el pais de cámaras que graban delitos y hacen famosos -perdón- culpables a los chorros. Anibal dice que Massa es un burro de temer y a mi se me llena el estómago con un rejúrgito agrio  de temor  tanto al burro como al inteligente. De eso se trata; el mundo comenzó ayer en un rollo rebelde de Lilita algo transpirado, con pelusa, amenazando con tirarse abajo de un pobre auto que hace dudar del principio de acción y reacción. Pero el mundo también nació ayer de la mano de Francisco; él nos avisa,  nos advierte como Serrat -ojo, hay pobres por todos lados y se nos  están juntando en el recibidor.

Qué me van a hablar de culpas y clases y explotación y redistribución a mí, que se me hace agüita la boca cuando en Avenida Brasil todos los santos días Jorgito transita el drama de la gloria sexual entre la alta sociedad de Rio como un pez en el  agua;  y la lánguida Nina, que es la única en la novela que tiene laburo, hace una momia con Andrea del Boca y la arroja por el balcón a la veira mar de Ipanema. Todo comenzó ayer; ayer no más, cuando alguien mandó fruta y el otro contestó – estamos en eso. El papá de Jorgito (No confundir con el Papa Jorge), el papá putativo, Tifón, que se casó con Carminha por culpa, ese pae postizo, ex jugador de fútbol que mató a Genésio en un accidente, reemplaza al muerto como amante y como padre de Jorgito e  ignora la promiscuidad familiar, el enorme puterío, la inmoralidad colectiva en un Brasil inédito, sin un solo protagonista afrodescendiente (Sin un solo negro quiero decir). Tifón es ciego, el mundo no nació aún.  Pero es una ficción brasilera, y ellos  eran pentacampeones cuando nosotros no habíamos nacido. 

Y ahora ¿Qué vamos a hacer con los pobres? – estamos en eso. La familia de Jorgito o los mata o los sodomiza, Mirtha no se acuerda que había que hacer con los pobres y ya no tiene a Tynaire para preguntarle, Anibal se rasca el mostacho cano pensando en qué esquina de Quilmes estacionó el caballo y Massa los filma a todos como un voyeur. Hacen un cuadro con  bailarinas acomodándose las bombachas y mandan la tanda.
La tanda es el primer documento de ésta historia. Todo empezó ayer y hoy volverá a nacer todo nuevamente de las cenizas de anoche, como aves míticas pasadas de rosca que incuban en diez horas y rompen el cascarón a la mañana siguiente en la cola del Pago Fácil.

Hoy ví en el diario una foto del sacerdote Carlos Mugica que parece tomada antes de ayer, una antigüedad, de tan antiguo no parece haber ocurrido un asesinato y menos un crimen por encargo oficial, nada de lesa humanidad, con un Perón no se jode, desde hace tanto tiempo.  
En ese entonces la gente era morocha -se vé en la foto- de rasgos aindiados, cabello largo con peluquería, camperitas de nylon o loneta de Alpargatas, camisas blancas o marrones de Grafa, pulovercitos con escote en V y un obrero de obra con un gorro de papel de diario.
Atrás las chapas, las chapas cuando eran de chapa, de zinc o galvanizadas, las chapas-chapas y la ventanita de hierro con los vidrios amartillados y rebatibles, las paredes en carne viva, la villa de Retiro en 1974 , hace siglos; más atrás está el cartelito amarillo que en la foto sale gris, anunciando el frescor antiimperialista  de Spur Cola; pero Tifón bebe champán francés y Jorgito, Evián con hielo.

Hace muchos siglos, en 1880, un sociólogo de los primeros, escribió que la fiebre amarilla que bajó por el rio desde la guerra del Paraguay, obligó a las familias acomodadas del barrio Sur a mudarse al barrio Norte, todo gracias a Alvear y a la peste llegada por el agua desde  las tierras guaraníes. El Sur se convirtió en Barracas, La Boca, San Telmo, Avellaneda, Lanús, Montserrat y quedó como residencia de saladeros, fábricas y dormitorios de obreros que explotaron demográficamente en la década del 20 al 30 creando los conventillos o inquilinatos y las primeras villas miseria de Buenos Aires.

Después no pasó nada y todos fuimos felices hasta ayer en que empezó a conocerse este mundo nuevo, lleno de gente anónima ( Luego de la Primer Guerra Mundial Buenos Aires comenzó a llenarse de gente anónima- decía  Sebreli en 1963) impersonal; la ciudad se llenó de caras extrañas, no se conocía al vecino, la vida se escindió en tres partes, una más escabrosa que la otra – la pública, la privada y la secreta; la calle pasó a ser tierra de nadie, una encrucijada donde todo podía ocurrir a la vuelta de una esquina; el anonimato estaba asegurado por la aglomeración y el ocultamiento, como en una jungla con recovecos, escondites para una vida peligrosa llena de conflictos agudizados, de antagonismos, con infinitas oportunidades para el drama; y el cartelito de Spur Cola como un testigo de chapa, silencioso, amarillo invisible al lado del otro amarillo y furioso del Pro que no me deja mentir. 
Hoy todo va a cambiar; a lo sumo  mañana, lunes, cuando en la cola para pagar el ABL  Jorgito descubra que está enamorado de su hermana y Andrea Celeste ahogada en celos se lleve puesto con el auto al piquete de la Richieri.
JP

Anexo absolutamente prescindible
Spur Cola
En los años 60 algunas provincias argentinas prohibieron la venta de Coca-Cola.  La canadiense Canadá Dry entró así con su bebida Spur Cola a competir con la Bidú Cola de Quilmes en gran parte del interior del país.
 En los 90 Canada Dry fue adquirida por la británica Cadbury. En los años de la invasión norteamericana a Irak, como Canadá no quiso participar, el mercadeo norteamericano boicoteó el consumo de bebidas de Canada Dry en EEUU por pura ignorancia, desconociendo que en realidad boicoteaban a una empresa británica.

En algunos segmentos intelectualizados de los años 60 en el interior se llegó a promover Spur Cola que era más barata, apuntalando una modesta pretensión de antiimperialismo activo. Se instó a los Ministerios de Salud provinciales a que se prohíbiera la Coca Cola por insalubre. El Chaco y Formosa encabezaron el repudio.
jp

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